La Luz Es Como El Agua

El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel, le surge una inquietud a la mamá. 
—¿Deberíamos decirles lo que en realidad les pasa con la luz?— preguntó a su marido desconcertada. 
—Creo que todavía no lo necesitan. No es el momento indicado.— remató el padre. 
—¿Y qué pasaría si algo les sucede por nuestra culpa? ¿Por no informarles?—
—Nada ha de pasarles, todavía no llegaron a la edad.— finalizó el hombre. 
Mientras tanto, los niños se preparaban para comenzar su travesía, se habían autoconvencido de que está habría de ser la mejor que hayan hecho! Pues estaban muy emocionados. 
Y entonces, las canillas son abiertas, y poco a poco la luz va entrando, y va llenando el hogar. 
—Todos a babor!— Sentencia Totó. 
Las velas, las cuerdas, las municiones, la comida, todo estaba siendo preparado y estaba saliendo de maravilla, iba a ser una gran expedición. 
Y así el barco se fue moviendo poco a poco, cruzó el living, la cocina, el baño, y hasta cruzo la ventana de arriba del inodoro. Entre tanta felicidad y exaltación, los niños no se dieron cuenta que a medida que avanzaban, se alejaban cada vez más de su casa, de sus juguetes. 
Y así se fueron, cada vez más lejos, hasta que tanta luz, solo se veía como un pequeño destello allá al fondo de la quinta avenida. Y cada vez más alto. Para nunca más volver. 
Los padres, desconcertados, finalmente aceptaron que el momento les había llegado más temprano de lo común. Pero algo los reconforta. Cada vez que una estrella fugaz pasaba, muy raramente, sonreían al cielo, porque allí, podían ver a sus niños feliz, jugando con su luz, sabiendo que algún día pueden volver, o no. 

Comentarios

  1. ¡Qué buena idea, Martina! Y qué fuerte...
    Releelo teniendo en mente cómo conjugás los verbos a lo largo del texto. Algunas ideas para pensar:

    El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel, le surge una inquietud a la mamá.
    —¿Deberíamos decirles lo que en realidad les pasa con la luz?— preguntó a su marido desconcertada.
    —Creo que todavía no lo necesitan. No es el momento indicado.— remató el padre.
    —¿Y qué pasaría si algo les sucede por nuestra culpa? ¿Por no informarles? (podés agregarlo dentro de la primera pregunta: ¿Y qué pasaría si algo les sucede por nuestra culpa, por no informarles?)—
    —Nada ha de pasarles, todavía no llegaron a la edad.— finalizó el hombre.
    Mientras tanto, los niños se preparaban para comenzar su travesía, se habían autoconvencido de que está habría de ser la mejor que hayan hecho Ojo el tiempo verbal Pues estaban muy emocionados.
    Y entonces, las canillas son abiertas, y poco a poco la luz va entrando, y va llenando el hogar. Ojo el tiempo verbal
    —¡Todos a babor!— sentencia Totó.
    Las velas, las cuerdas, las municiones, la comida, todo estaba siendo preparado y estaba saliendo de maravilla, iba a ser una gran expedición.
    Y así el barco se fue moviendo poco a poco, cruzó el living, la cocina, el baño, y hasta cruzo la ventana de arriba del inodoro. Entre tanta felicidad y exaltación, los niños no se dieron cuenta que a medida que avanzaban, se alejaban cada vez más de su casa, de sus juguetes.
    Y así se fueron, cada vez más lejos, hasta que tanta luz (de tanta luz? por tanta luz?), solo se veía como un pequeño destello allá al fondo de la Quinta Avenida. Y cada vez más alto. Para nunca más volver.
    Los padres, desconcertados, finalmente aceptaron que el momento les había llegado más temprano de lo común. Pero algo los reconforta. Cada vez que una estrella fugaz pasaba, muy raramente, sonreían al cielo, porque allí, podían ver a sus niños feliz, jugando con su luz, sabiendo que algún día pueden volver, o no. Fijate que en esta oración algunos verbos están en presente y otros en pasado.

    ResponderEliminar
  2. acá va de nuevo con las correcciones que me marcaste:

    El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel, le surge una inquietud a la mamá.
    —¿Deberíamos decirles lo que en realidad les pasa con la luz?— preguntó a su marido desconcertada.
    —Creo que todavía no lo necesitan. No es el momento indicado.— remató el padre.
    —¿Y qué pasaría si algo les sucede por nuestra culpa, por no informarles?—
    —Nada ha de pasarles, todavía no llegaron a la edad.— finalizó el hombre.
    Mientras tanto, los niños se preparaban para comenzar su travesía, se habían autoconvencido de que está habría de ser la mejor que hicieron! Pues estaban muy emocionados.
    Y entonces, las canillas son abiertas, y poco a poco la luz va entrando, y va llenando el hogar.
    —Todos a babor!— Sentencia Totó.
    Las velas, las cuerdas, las municiones, la comida, todo estaba siendo preparado y estaba saliendo de maravilla, iba a ser una gran expedición.
    Y así el barco se fue moviendo poco a poco, cruzó el living, la cocina, el baño, y hasta cruzo la ventana de arriba del inodoro. Entre tanta felicidad y exaltación, los niños no se dieron cuenta que a medida que avanzaban, se alejaban cada vez más de su casa, de sus juguetes.
    Y así se fueron, cada vez más lejos, hasta que de tanta luz, solo se veía como un pequeño destello allá al fondo de la quinta avenida. Y cada vez más alto. Para nunca más volver.
    Los padres, desconcertados, finalmente aceptaron que el momento les había llegado más temprano de lo común. Pero algo los reconfortaba. Cada vez que una estrella fugaz pasaba, muy raramente, sonreían al cielo, porque allí, podían ver a sus niños feliz, jugando con su luz, sabiendo que algún día pueden volver, o no.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

TP 3 Guia de Preguntas con Caro Ledesma y Burca.

Diario de Lectura "candira Erendira"

Trabajo Practico N2 "Walimai"